VIGILANCIA TECNOLÓGICA

Utilización de la Inteligencia Artificial para la detección precoz de plagas y enfermedades del viñedo

Hablamos con el catedrático en Viticultura de Precisión de la Universidad de la Rioja Javier Tardáguila, sobre los avances que se están produciendo en el uso de estas herramientas tanto en el viñedo como en las bodegas.

El catedrático de la Universidad de la Rioja, Javier Tardáguila, dirige el grupo de investigación Televitis, un referente en viticultura de precisión y nuevas tecnologías. Con él conocemos los avances en robótica y las técnicas de precisión que se están empleando en los viñedos, así como la transmisión de conocimiento que se está realizando desde los centros de estudios como la Universidad de La Rioja al campo.

– ¿En qué aspectos se está centrando la viticultura de precisión actualmente?

– Ahora mismo se está incidiendo en cómo mejorar el manejo del viñedo, especialmente reducir el impacto ambiental, mejorar la eficiencia de los recursos (fitosanitarios, agua, fertilizantes, etc). En general, se trabaja para mejorar la toma de decisiones y que esta se haga de una forma más racional y objetiva, basada en datos.

– ¿De qué manera estas técnicas contribuyen a lograr una viticultura más sostenible?

– De varias formas. Una en la que nosotros trabajamos es en reducir el uso de productos fitosanitarios. Una manera de hacerlo es mediante una detección precoz y rápida de las plagas y enfermedades, de forma que se atajan de una forma más eficiente y se reduce el uso de plaguicidas hasta un 40%. Es un tema sobre el que nuestro grupo está trabajando de forma intensa.

– ¿Y a combatir los efectos del cambio climático?

– Precisamente una de las consecuencias del cambio climático es la aparición de nuevas plagas y enfermedades. Por otra parte, se requiere también el uso más eficiente del agua, un recurso estratégico en nuestro país. Para lograrlo proponemos el uso de herramientas sencillas, rápidas y no invasivas para el viticultor como puede ser la termografía.

“Se están empleando herramientas sencillas y rápidas como la termografía para estimar las necesidades de riego de los viñedos”

– ¿De qué manera y en qué consiste la termografía empleada en viticultura?

– Esta tecnología se basa en medir la temperatura foliar de las plantas y en base a ella poder estimar las necesidades de riego. Este es un principio general, pero ahora mismo el uso de cámaras de bajo coste como las que se utilizaron en su momento para medir la temperatura corporal durante el Covid-19 podemos utilizarlas en viticultura de una forma sencilla. Así es que se va a utilizar en Canarias para estimar las necesidades de riego de los viñedos.

– Al margen de esta tecnología, ¿qué otras herramientas se están utilizando ya en campo para la gestión eficiente del riego?

– En algunos casos para el riego se está usando imágenes satelitales, así como sensores del suelo. Creemos que lo más sencillo y eficiente es utilizar cámaras portátiles termográficas que se pueden utilizar incluso en el móvil, con un bajo coste y que puede utilizar de una forma sencilla el viticultor. Esas imágenes se pueden procesar de una forma automatizada y se obtienen las necesidades del riego del viñedo. 

– Hemos hablado ya del riego, pero y en el control de plagas. ¿Qué herramientas de precisión se están utilizando?

– Estamos utilizando sobre todo dos tipos de herramientas. Por un lado, el trabajo con sensores próximos, que permiten la obtención de imágenes de muy alta resolución, obtenidas a un metro de distancia del viñedo, tanto de forma automática como manual. Por otro lado, también se está echando mano de la Inteligencia Artificial (IA) para identificar y diferenciar los síntomas de enfermedades que aparecen en el viñedo y en base a ello proponer una gestión de los tratamientos. Estas herramientas nos permiten no solo saber cuándo tratar sino aplicar tratamientos diferenciados en función de las necesidades de cada zona de la parcela, ya que esa enfermedad puede afectar solo a una parte, de manera que se podría realizar una aplicación variable de fitosanitarios.

– ¿De qué manera se están empleando también estas herramientas de precisión para la vendimia?

– Es también un tema clave desde dos puntos de vista: composición y producción de uva. Hoy tenemos herramientas que permiten determinar de forma rápida la composición de la uva y así determinar la fecha de vendimia. Para ello, se usan técnicas rápidas y no invasivas, que substituyen a los muestreos tradicionales en los que hay que llevar la uva a analizar. Ahora hay herramientas capaces de determinar la composición (azúcares, acidez…) en pleno campo.

“La utilización de imágenes de proximidad permite estimar la producción final 3 meses antes de la vendimia”

Otro de los parámetros más demandados por el sector es poder realizar una estimación precoz del rendimiento final de la cosecha. En nuestro grupo Televitis llevamos ya 15 años trabajando, realizando tanto publicaciones como colaboraciones con bodegas tanto nacionales como internacionales. Así, gracias a la utilización de imágenes de proximidad se puede estimar la producción de uva final 3 meses antes de la vendimia.

– Hemos hablado de diferentes tipos de tecnologías y en su momento se apuntó a las posibilidades que podrían ofrecer los drones, ¿Se están utilizando en campo?

– Este tipo de tecnología ha quedado un poco más relegada y no hay un uso masivo. Hace años se pensaba que iba tener un mayor impacto en la agricultura, pero por el momento no lo está teniendo, salvo casos puntuales. Sus principales factores limitantes es que requiere un uso continuado y un manejo del propio dron, por lo que es más difícil su automatización, lo que hace que tenga también un mayor coste. Por otro lado, los drones vuelan a varias decenas de metros de altura, por lo que a veces las imágenes que pueden tomar no tienen la resolución suficiente para usos como la detección precoz de plagas y enfermedades.

– ¿El uso de herramientas de precisión es una realidad extendida en los viñedos?

– Cada vez se están empleando más. El sector está demandando más tecnología para hacer un uso eficiente de los recursos. En nuestro grupo de investigación, Televitis (fundado en 2008), hemos generado numerosas herramientas que ya se están utilizando. Precisamente para que esa transferencia sea más eficaz y esas herramientas lleguen a viticultores y las bodegas, el año pasado fundamos la primera spin-off de la Universidad de La Rioja que se llama Altavitis Technologies (www.altavitis.com). Altavitis ofrece servicios de detección precoz de plagas y enfermedades y de estimación de la producción de uva, entre otros.

– ¿Podrán reducir la carga de trabajo de los viticultores este tipo de herramientas? – Desde luego, ya que ayudan a tomar mejores decisiones y a reducir costes, como en la reducción de fitosanitarios donde no solo se consigue un menor impacto ambiental sino economizar. Son herramientas para lograr una viticultura más eficiente y que se precisen menos recursos.

“En bodega también se están empleando tecnologías para la selección de uva con sensores ópticos, similares a los utilizados en campo”

– Y en bodega, ¿se está trabajando para incorporar técnicas de precisión en la vinificación?

– Sin duda. Técnicas similares a las que se usan en campo se emplean también en la bodega para la selección de la uva, mediante sensores ópticos. Así se puede clasificar la uva en diferentes calidades. También se está utilizando las vendimiadoras que son capaces de separar la uva que van recolectando en dos calidades en tiempo real a medida que van avanzando. La tecnología está llegando y más rápido de lo que podíamos pensar.

– ¿Qué barreras está encontrando esta tecnología para llegar al campo y convertirse en una herramienta más de trabajo?

– A veces las barreras son culturales, ya que es un sector ligado a la tradición y puede haber ciertas reticencias a estas innovaciones, pero los jóvenes están dando grandes pasos hacia el uso de estas tecnologías. El sector se va abriendo cada vez más a su utilización. Así, por ejemplo ya hay robots vitícolas trabajando en los viñedos españoles.

– ¿El precio puede ser un impedimento o ya se han democratizado estas herramientas?

– En el momento en que se hagan más tareas de una forma automatizada,  se reducirá su coste. El precio puede ser aún un hándicap para los pequeños viticultores y bodegas.

– ¿Cuáles considera que son los principales retos que se plantean actualmente a la viticultura? ¿En qué deberían centrarse los esfuerzos?

– Sobre todo en el control de plagas y enfermedades y la reducción de fitosanitarios e insumos, ya que tienen un impacto ambiental importante y al que se dedican muchos esfuerzos. Además, hay que seguir trabajando por una gestión más eficiente del agua.

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