La tecnología Lidar avanza en su implantación para cubicar masas forestales
14 de septiembre de 2023
Conocemos con el ingeniero forestal Alberto López Amoedo, de la consultora ASEFOR, las posibilidades de uso de los equipos Lidar aéreos y terrestres, que están ganando peso en el ámbito forestal y cuyo uso es posible que se popularice en los próximos años

Los sensores Lidar están ganando peso en los últimos años para el cálculo de existencias forestales, pues se trata de una innovación que agiliza los trabajos y que logra gran exactitud. Lidar es el acrónimo de ‘Light detection and ranging’ y consiste en un dispositivo que, a partir de la emisión de un conjunto de rayos láser hacia una superficie, crea una nube de puntos. Esa nube de puntos permite sacar conclusiones sobre la masa forestal (alturas, diámetros, existencias) mediante una serie de algoritmos interpretativos.
La aplicación más habitual para el Lidar es como soporte para la elaboración de planes de ordenación de montes, pues su utilización permite extraer un cálculo aproximado del inventario de madera del monte. Y además hacerlo con mayor agilidad que el método tradicional de medición a pie de monte con instrumentos mecánicos.
En donde el empleo del Lidar es aún incipiente, pero muestra grandes posibilidades, es en el cubicaje de la madera de lotes que van a salir a la venta. Es decir, esta tecnología permite transformar la masa forestal a vender en volúmenes de madera disponibles, lo que ayuda a afinar los precios en subastas de lotes de madera.
En este último uso de cubicaje de madera es pionera la empresa de servicios forestales Asefor (Ames, A Coruña), que desde 2018 trabaja en la medición de madera en monte con un Lidar aéreo, montado en un dron. “Tenemos ya los algoritmos de interpretación muy desarrollados. En estos momentos, para ciertas especies, nuestro error en la medición se encuentra muy por debajo del 10%”, explica Alberto López Amoedo, ingeniero forestal de Asefor y responsable de I+D+i en la empresa.
Durante los últimos años, Asefor ha medido con su Lidar aéreo multitud de parcelas forestales antes de su corta, lo que le ha permitido comparar sus datos con el pesaje de la madera en fábrica. “Este proceso nos ha permitido afinar los algoritmos. Hemos visto en dónde teníamos desviaciones y hasta qué nivel de precisión podemos lograr. En estos momentos, podemos dar cubicajes de madera con un 95% de precisión y con un intervalo mínimo y máximo del volumen de madera que hay en monte”, subraya.

Lidar terrestres
Los Lidar terrestres son otra alternativa para inventariar masas forestales y su uso se encuentra más extendido que los aéreos, al requerir menos complejidad tecnológica para su manejo. “El Lidar terrestre es una tecnología útil para inventariar masas en planes de ordenación o para hacer cubicaciones de parcelas concretas” -explica Alberto López-. “No es tan eficaz como un Lidar aéreo para lograr una cubicación afinada de una masa forestal, pero a efectos de inventario es muy válido”, considera el ingeniero forestal.
Limitaciones
Uno de los hándicaps de la tecnología Lidar es el precio de los equipos, cifrado en decenas de miles de euros. Otras limitaciones de la tecnología están en los componentes meteorológicos y orográficos. “Con mala meteorología, no es posible su uso. Tampoco en circunstancias orográficas extremas, con elevadas pendientes, desniveles o zonas en las que un dron no tenga acceso”, apunta.
Del mismo modo, existen limitaciones legales al vuelo con dron en determinadas zonas, como pueden ser Parques Naturales o Nacionales, entre otras, lo que restringe las zonas de actuación.
Otros usos forestales
A mayores de su utilidad para mediciones de masas forestales, el Lidar ofrece multitud de aplicaciones posibles en monte. “Desde la búsqueda de elementos patrimoniales hasta comprobar la carga de biomasa de determinadas zonas, incluido matorral, a efectos de planificar medidas de prevención de incendios. Es posible también hacer un seguimiento de una masa, para evaluar cuestiones como su crecimiento o los resultados de una entresaca”, enumera Alberto López.