VIGILANCIA TECNOLÓGICA

Control inteligente de alimentos, más seguridad, menos desperdicio y nutrición personalizada

En los próximos años, las herramientas digitales van a ir ganando espacio en el campo de la seguridad alimentaria y de la nutrición personalizada. Etiquetas inteligentes que advierten del deterioro de los alimentos, una aplicación que ofrecerá recomendaciones de nutrición en función de la microbiota del usuario o un kit rápido de detección de bacterias y patógenos en alimentos son algunas de las opciones en desarrollo.

Nutrición personalizada

Una plataforma digital desarrollada por el centro tecnológico AINIA ofrecerá servicios de nutrición personalizada a los usuarios, con recomendaciones sobre qué alimentos consumir (y cuáles evitar) en función del tipo de microbiota intestinal del consumidor, su genoma u otros parámetros de salud que se puedan conocer por medio de análisis previos. Ese es el objetivo del proyecto Food4One, impulsado por el centro tecnológico AINIA (Valencia) y el ITI (Centro Tecnológico de Investigación, Desarrollo e Innovación en tecnologías de la Información y las Comunicaciones).

La idea de crear una plataforma de alimentación a la carta parte de los avances en el campo de los análisis de salud. Al poder conocerse más datos de biomarcadores de las personas, incluso datos de su microbiota intestinal o de su ADN, surge el desafío de generar recomendaciones de alimentación personalizada, con alimentos aconsejados y otros que se deben de evitar, en función de las características propias de cada persona.

Etiquetas que advierten del deterioro de alimentos

El desperdicio alimentario es un problema que afecta a dos de cada tres hogares en España, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. De los alimentos que se desperdician, un 78,6% son productos sin utilizar, en tanto sólo un 21,4% son ‘sobras’ de alimentos preparados. ¿Cómo reducir el desperdicio de alimentos?

Es un problema que precisa de un abordaje en múltiples líneas, en primer lugar con una mayor concienciación de los consumidores en la planificación de la compra. Desde el terreno de las herramientas digitales, distintos proyectos trabajan desde hace años en la creación de etiquetas inteligentes que permitan revelar el estado real de los alimentos, es decir, si están deteriorados o no, como complemento a las fechas de caducidad o de consumo preferente.

Las iniciativas en esta línea se han plasmado en envases inteligentes que dan información sobre la calidad del producto a través de un sistema de monitorización, que permite conocer las condiciones del alimento. El sistema incorpora sensores sensibles a los cambios de temperatura y a gases, pudiendo monitorearse el aumento de oxígeno, dióxido de carbono o gases específicos en cada producto, como el etileno en fruta.

La información recabada por los sensores se plasma en señales visuales que dan a conocer de forma sencilla si un producto ha visto alteradas sus cualidades organolépticas o microbiológicas. Uno de los códigos de señales más sencillo actúa a modo de semáforo, en el que el verde indica que el alimento está en buen estado, el ámbar señala el inicio del proceso de deterioro y el rojo alerta de que no se debe consumir.

El sistema puede ser de utilidad tanto para los trabajadores de cadenas de distribución como para los propios consumidores. Uno de los ejemplos de este sistema es el de las etiquetas inteligentes desarrolladas por ITENE, centro tecnológico especializado en envases.

Kit para análisis de bacterias

Desde ITENE han lanzado también recientemente un kit portátil de bajo coste que permite detectar la presencia de bacterias vivas de ‘Listeria m’ y ‘E. coli’ en alimentos y superficies, lo que puede ayudar a garantizar la seguridad de los consumidores y acelerar los tiempos de respuesta en situaciones críticas.

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